The hidden little Lady

Saturday, November 27, 2004

I'll Follow The Sun

One day you'll look to see I've gone.
For tomorrow may rain, so I'll follow the sun.
Un día te vas a dar cuenta de que ya me fui. Hoy, aun antes de que lo sepas, lo explico. Como no se que es lo que va a suceder mañana, hoy me voy. Buscando la parte buena al mundo. No se hacia donde, ni porqué ni qué.

Some day you'll know I was the one.
But tomorrow may rain, so I'll follow the sun.
Seguramente un día sepas que yo era la mujer de tu vida. La que iba a hacerte feliz. La que alegraría tu rutina, la que se acostaría con vos todas las noches y se levantaría a tu lado, para verte sonreír cada mañana. Pero como no sé que es lo que va a pasar mañana, me voy hacia ningún lado. Sin motivo alguno y sin mayores explicaciones.

And now the time has come
And so my love I must go.
And though I lose a friend,
In the end you'll know, oooh.
Ahora llegó el momento. Cargo mis valijas virtuales y comienzo a caminar. Pues debo irme. Aunque sepa que estoy perdiendo a mi amigo del alma sé que algún día vas a entenderlo. Vas a entender que sin motivos ni razones, tengo que partir.

One day you'll find that I have gone.
For tomorrow may rain, so I'll follow the sun.
Algún día vas a notar que me fui y va a ser tarde. No vas a poder hacer nada. Se habrá pasado el momento. Hoy, prediciendo la posibilidad de que mañana sea todo un terrible desastre, persigo lo bueno. Quizás algún día lo bueno esté acá.

Yes, tomorrow may rain, so I'll follow the sun.
Si, mañana seguramente llueva, entonces sigo al sol.

And now the time has come
And so my love I must go.
And though I lose a friend,
In the end you'll know, oooh.
Es tiempo de partir. De dejar todo atras, a pesar de todo lo que estoy perdiendo. A pesar de perderte. Todavía no lo sabes, pero lo vas a saber, un día.

One day you'll find that I have gone.
For tomorrow may rain, so I'll follow the sun.
Un día vas a caer en la cuenta de que me fui. Pues quizás mañana llueva, entonces yo seguiré al sol.




(Update: Haciendo click en el título de éste post, o aquí, está la letra corrida de ésta canción de The Beatles y su traducción al español)


Monday, November 22, 2004

Fobia Telefónica

Se sentó temblando en el rincón más oculto y oscuro del apartamento. Las manos empapadas e incontrolables anudadas sobre las piernas flexionadas, casi en posición fetal. El silencio no alcanzaba para brindar tranquilidad al ambiente tenso y atemorizante que se había generado. Estaba solo, no podía tolerar compañía alguna, pero le desesperaba la soledad agobiante cuando le acechaba el pánico. La respiración terriblemente agitada, le provocaba un sofocamiento constante. El frío se apoderaba de su cuerpo obligándolo a insertarse más aún en el minúsculo espacio que ocupaba su cuerpo sudoroso.
Desequilibrado, intento calmarse y se levanto lentamente. Aun jadeando, caminó hacia el teléfono que aún repicaba. El sonido se volvía ensordecedor a medida que acortaba la distancia al aparato. Apenas podía mantenerse en pie mientras se movía por el departamento que habitaba hacía ya años, y aún no había podido asimilar. El repique continuaba y no podía encontrar el teléfono. Revolvió apurado las sabanas y levantó los almohadones del sillón negro que monopolizaba el monoambiente en el que vivía.
El sonido se esfumó tan de golpe como había comenzado y el contestador automático hizo su parte. Oyó su voz durante algunos segundos y se sobresaltó al sonar el pitido que emitía el aparato. Escuchó agitado las palabras que exigían una comunicación inmediata con el individuo en cuestión, un golpe en seco y el intermitente tono telefónico.
Volvió a sentarse en el rincón, aún temblando y sudando frío. Totalmente desconcertado, se arrastró hasta la ficha desde donde comenzaba el endemoniado cable del aparato y tiró hasta desconectarla. Respiró profundo y se sentó en el sillón cama, con la mirada vacía y las piernas cruzadas.


Tuesday, November 16, 2004

Te lo digo

Quiero decírtelo. Cómo hago? Te lo digo y ya? Mejor espero. Que espero? A la perfecta alineación de los planetas rojos con los azules. A que el cielo cambie de color una vez más. A que tus ojos ya no me vean, eso espero. Que el tiempo haya pasado no en vano. Que las palabras no falten ni sobren, que nada sea una carta mal escrita. Espero. Espero quizás que el eterno chasquear de tus pasos partiendo se acabe, para saber que ya estas lejos. O un aullido en mi contestador que diga que te has ido. Busco con fuerzas aligerar el paso del tiempo. Desato tempestades incontrolables, con la esperanza de despejar mi mente y lograr una no tan defectuosa calma en el desierto de sensaciones que atormenta mis ideas. Intento defenderme del despiadado ataque atemporal que es tu voz anidada en mi cerebro, oculta bajo la melodía de las mil canciones que hicimos nuestras.
Y sigo dudando… te lo digo? Como te lo digo? Quizás de a poco, palabra por palabra, para asegurarme de que lo entiendas. Pero despacio, en un susurro, para asegurarme de que no sea un golpe fuerte lo que vaya a decirte, pues no es la intención siquiera que lo escuches. Simplemente decirlo, como quien no quiere la cosa y con muchas más palabras de las que se merece. Sin lágrimas en la cara, sin sufrimientos ni nostalgias de amor. Solo decirlo: ya te he olvidado.


Sunday, November 14, 2004

Quieres Saber?

No preguntes nada, pues no tengo respuestas para dar. Si quieres saber porqué, si te asalta esa duda inquisidora de la información que escasea, solo mira en mis ojos y encontrarás la explicación. No intentes saber por medio de cuestionamientos inéditos, los motivos que tengo para mirarte. No exijas palabras vacías. No reclames sonidos coherentes de mi boca, no hallarás nada mas que estructuras gramaticales sin sentido y perderás el tiempo. Simplemente cierra tus ojos y recorre mi cuerpo con tus manos, lentamente y sin un patrón explicitado, hasta encontrar el saber que buscas. El silencio dirá todo lo necesario, mi piel subsanará tus dudas.
Inténtalo. Te reto a escuchar cuando no hay ruidos. Sin palabras. Te desafío a averiguarlo todo. Si. Te desafío por el peligro al que me expongo y a pesar del riesgo que eso implica. Anímate a descubrir más. A adentrarte en la esencia del desconcierto y desconocimiento total. En la inconmensurable fantasía de lo posible y hasta en lo imposible. Atrévete a caer ante la duda del deseo. Abrázame, fija tu mirada en la mía. Fúndete en mis ojos. Y cuando vuelva la duda, cuando tu cabeza te exhorte a cuestionar, solo besa mis labios. Así, no tendré que contestar nada. No habrá pregunta alguna sin responder.



Thursday, November 11, 2004

Sobre el dolor

¿Qué es el dolor sino un sin fin de dolores?
Una acumulación indiscutible de penas y eufemismos insólitos que tan solo presionan el pecho desde adentro. La materialización de la angustia más profunda que es ese nudo en la garganta de manifiesto doloroso de cada tensa y triste situación. Es el desarme funcional de la cotidianeidad alegre para traer por la fuerza la monotonía del despecho.

¿Qué deja el dolor sino un sin fin de dolores?
La suciedad del correr de las lágrimas maltrechas que se deslizan lentamente hacia el suicidio y mueren en los labios, dejando el salado sabor de la desdicha. O el intenso ahogo constante que produce un llanto desconsolado. La falta de aire y la sequía que exitosa que se apodera de cuerpo y alma como consecuencia del mismo derroche lagrimal.

Pero al final, el dolor, es solo dolor y no deja más que dolor.

09/10/04 - 09/11/04
Un Mes de dolor constante


Monday, November 08, 2004

Chocolatozo

“La vida es como una caja de bombones, porque nunca sabes lo que te puede tocar”, (o algo parecido) le dijeron a Forres Gump. Y yo me puse a pensar si a mi me tocan los chocolates rellenos de mas chocolate – que son los mas ricos – o me tocan los que vienen rellenos de esa pasta insípida y desagradable – que siempre intento no comer. Entonces me di cuenta que no. Ni lo uno ni lo otro. Simplemente, mi caja está vacía y yo le voy poniendo los chocolates. No se cual es el inerte motivo por el cual muchos no los como y debo descartarlos por la capa blancuzca que se forma luego de un tiempo de guardados y le saca la emoción a ingerirlos.
No hablo de la metáfora hombre = chocolate, eso que quede claro. Simplemente de las cotidianeidades pseudo importantes. Las interesantes y las no tanto. Me refiero a lo que compone la vida todos los días. Llama particularmente mi atención la cantidad de chocolates que guardo para no comer. Lo que planeo para no concretar. Hablo exactamente de los Post It con cosas que nunca haré a los que me refiero en Quisiera.
La situación es que consigo un chocolate, que no sé lo que tiene adentro, pero no quiero averiguarlo, simplemente lo guardo ahí, en la caja, en el lugar donde cabe perfectamente – como hacen los nenes con las figuras geométricas cuando comienzan a tener motricidad fina – y lo dejo. No se por cuanto tiempo. Hasta que salga la golosa de mí y quiera un dulce. Ahí los miro y elijo cuidadosamente, o no tanto. De acuerdo al ánimo le dedico el tiempo a la cautelosa elección. No sé exactamente lo que tienen adentro, pero casi puedo adivinarlo.


Wednesday, November 03, 2004

Ella y Él [Parte IV]

Partes: Primera Segunda Tercera

Atendió el teléfono distraída, pues no esperaba llamado alguno. Habló. Como nadie contestaba, colgó el auricular. Solo transcurrieron unos segundos y el aparato volvió a emitir sonido. Contestó nuevamente.
Ella.- Quién?
Él.- Soy yo.

Mantuvieron una conversación nerviosa, pero confiada y limpia de recuerdos. Ni una palabra sobre los anhelados besos latentes, ni sobre las estrellas que esperaban sus encuentros, tan solo para brillar en sus ojos.
Él.- Me escuchabas?
Ella.- Siempre

Y el volvió a tocarle melodías para llenar sus oídos y su alma. Ella lo escuchó, otra vez en silencio, durante un buen rato. Cortaron. Ella miraba el teléfono desconcertada. Él esperaba oírlo sonar. No sonó.

******

El maestro, sentado al piano, deja pasar los años. Sigue tocando para ella, soñando que se va a acercar, besar sus labios, y rogar siga con su arte. Sus cabellos denotan su espera y recuerdan su juventud, cuando se dejó vencer por la niña que luego fue mujer, por la unica mujer que amó. El espejo le recuerda a cada instante cómo perdió la cabeza.
La niña de los ojos dulces y mirada de brillantes estrellas, ya es mujer. Escucha el sonar de su musica sin que él lo sepa y de a ratos, recorre las calles, esperando encontrarlo en algún bar. Verlo sentado frente al piano, tocando melodías que endulcen los oídos y el alma. Alguna de esas que ella lo escuchó reproducir, sin que el maestro se entere, mientras a él le pasaba el tiempo, simplemente sentado esperándola.