The hidden little Lady

Sunday, August 29, 2004

Despedida tardía.

Ella se fue. Pero no se fue. Nunca me despedí. Siguió su camino iluminado por su inteligencia y se fue a brillar, como debía sucederle a una persona brillante como ella.
Recién ahora puedo escribir sobre esto, sobre la falta que me hace esa compañera del alma. Porque hoy realmente me di cuenta que faltaba. Hoy caí en que el lunes tomo un avión que no tomará de nuevo hasta diciembre.
Siento que no alcanzaron las palabras que le escribí, que me quedé con demasiadas cosas para decirle. Que no logré expresarle de forma correcta lo mucho que me duele que se vaya, y lo tanto mas que la voy a extrañar. Cual sería la forma correcta? Hay tal predeterminación? Creo que no.
De lo que estoy totalmente segura es que no me di cuenta lo que tenía hasta que no lo tuve más. Siempre supe que tenía al lado mío a una mujercita estupenda, a una amiga brillante, inteligente, soñadora, fantasiosa, artista, imponentemente dulce, demostrativa y confiable.
Hoy escribo triste. Porque no está, porque me falta, la necesito, la extraño, la todo. Pero escribo contenta. Porque se merece todo lo que vive, porque va a ser feliz, este donde esté. Pero por sobre todas las cosas, porque sigo contando con ella. Porque sigue siendo esa mujercita.

Post dedicado a Lula, mi amiga viajera y brillante. Con todo el deseo de que siga brillando por el mundo, pero que nunca apague su chispita aca.


Friday, August 27, 2004

Honrar la vida

No puedo ni quiero sacarlo de mi vida. Eso ya es una realidad. Si antes lo ocultaba por algún motivo, hoy ya no quiero hacerlo. Se que lo quiero conmigo, pero también sé que no es el momento. Que necesito tiempo para mí, para conocerme, para aprender y entender muchas cosas. Para crecer.
Algún día estaré preparada para darle todo lo que se merece y todo lo que quiero. Algún día él también va a estar preparado para darse cuenta de que siempre va a ocupar ese enorme lugar en mi corazón. Y aunque todo esto sea un poco parcial, porque sé fehacientemente que va a leerme, lo que escribo no es para que haga algo. De hecho es para que no haga nada, solo no irse. Quedarse acá, reír conmigo, no separarse. Porque una vez el lo dijo, el tiempo ayuda, pero a veces es enemigo.
Le tengo mucho miedo al tiempo, a terminar totalmente separados por culpa de las horas que hoy no estamos pasando juntos. Pero también tengo confianza.
Dejo todo en manos del tiempo, de la historia, del destino que ni se si existe. Con esto no digo que vaya a cruzarme de brazos y esperar a que se me pase la vida, sino que aprendo de a poco a ser feliz, sola, sin él. Un día, si caminamos juntos, voy a compartir mis alegrías.
Mientras tanto, la vida sigue. Como bien diría mamá, citando a una canción, no es lo mismo que vivir, honrar la vida. Voy a dedicarme a honrar la vida. Porque aunque no me lo merezca, tengo que hacerlo. Porque si no, después de todo, ¿para que estamos vivos?