The hidden little Lady

Monday, September 24, 2007

Decidió voluntariamente dejar de respirar. La primera vez aguantó 30 segundos. Se sentía mareado y le dolía la cabeza, pero aun así no estaba satisfecho. Volvió a intentarlo. 50 segundos esta vez, y a los síntomas se sumó la satisfacción del progreso. Tomó aire nuevamente y no lo expulsó. Pasó el primer minuto y sus labios comenzaron a perder color, los mareos y el dolor de cabeza se incrementaron y la satisfacción creció proporcional al tiempo que transcurría. El reloj contó minuto y medio cuando perdió el conocimiento. Podía verse desde afuera de si mismo comprendiendo instantaneamente el resultado de sus acciones