The hidden little Lady

Sunday, August 29, 2004

Despedida tardía.

Ella se fue. Pero no se fue. Nunca me despedí. Siguió su camino iluminado por su inteligencia y se fue a brillar, como debía sucederle a una persona brillante como ella.
Recién ahora puedo escribir sobre esto, sobre la falta que me hace esa compañera del alma. Porque hoy realmente me di cuenta que faltaba. Hoy caí en que el lunes tomo un avión que no tomará de nuevo hasta diciembre.
Siento que no alcanzaron las palabras que le escribí, que me quedé con demasiadas cosas para decirle. Que no logré expresarle de forma correcta lo mucho que me duele que se vaya, y lo tanto mas que la voy a extrañar. Cual sería la forma correcta? Hay tal predeterminación? Creo que no.
De lo que estoy totalmente segura es que no me di cuenta lo que tenía hasta que no lo tuve más. Siempre supe que tenía al lado mío a una mujercita estupenda, a una amiga brillante, inteligente, soñadora, fantasiosa, artista, imponentemente dulce, demostrativa y confiable.
Hoy escribo triste. Porque no está, porque me falta, la necesito, la extraño, la todo. Pero escribo contenta. Porque se merece todo lo que vive, porque va a ser feliz, este donde esté. Pero por sobre todas las cosas, porque sigo contando con ella. Porque sigue siendo esa mujercita.

Post dedicado a Lula, mi amiga viajera y brillante. Con todo el deseo de que siga brillando por el mundo, pero que nunca apague su chispita aca.