Honrar la vida
No puedo ni quiero sacarlo de mi vida. Eso ya es una realidad. Si antes lo ocultaba por algún motivo, hoy ya no quiero hacerlo. Se que lo quiero conmigo, pero también sé que no es el momento. Que necesito tiempo para mí, para conocerme, para aprender y entender muchas cosas. Para crecer.
Algún día estaré preparada para darle todo lo que se merece y todo lo que quiero. Algún día él también va a estar preparado para darse cuenta de que siempre va a ocupar ese enorme lugar en mi corazón. Y aunque todo esto sea un poco parcial, porque sé fehacientemente que va a leerme, lo que escribo no es para que haga algo. De hecho es para que no haga nada, solo no irse. Quedarse acá, reír conmigo, no separarse. Porque una vez el lo dijo, el tiempo ayuda, pero a veces es enemigo.
Le tengo mucho miedo al tiempo, a terminar totalmente separados por culpa de las horas que hoy no estamos pasando juntos. Pero también tengo confianza.
Dejo todo en manos del tiempo, de la historia, del destino que ni se si existe. Con esto no digo que vaya a cruzarme de brazos y esperar a que se me pase la vida, sino que aprendo de a poco a ser feliz, sola, sin él. Un día, si caminamos juntos, voy a compartir mis alegrías.
Mientras tanto, la vida sigue. Como bien diría mamá, citando a una canción, no es lo mismo que vivir, honrar la vida. Voy a dedicarme a honrar la vida. Porque aunque no me lo merezca, tengo que hacerlo. Porque si no, después de todo, ¿para que estamos vivos?
Algún día estaré preparada para darle todo lo que se merece y todo lo que quiero. Algún día él también va a estar preparado para darse cuenta de que siempre va a ocupar ese enorme lugar en mi corazón. Y aunque todo esto sea un poco parcial, porque sé fehacientemente que va a leerme, lo que escribo no es para que haga algo. De hecho es para que no haga nada, solo no irse. Quedarse acá, reír conmigo, no separarse. Porque una vez el lo dijo, el tiempo ayuda, pero a veces es enemigo.
Le tengo mucho miedo al tiempo, a terminar totalmente separados por culpa de las horas que hoy no estamos pasando juntos. Pero también tengo confianza.
Dejo todo en manos del tiempo, de la historia, del destino que ni se si existe. Con esto no digo que vaya a cruzarme de brazos y esperar a que se me pase la vida, sino que aprendo de a poco a ser feliz, sola, sin él. Un día, si caminamos juntos, voy a compartir mis alegrías.
Mientras tanto, la vida sigue. Como bien diría mamá, citando a una canción, no es lo mismo que vivir, honrar la vida. Voy a dedicarme a honrar la vida. Porque aunque no me lo merezca, tengo que hacerlo. Porque si no, después de todo, ¿para que estamos vivos?