The hidden little Lady

Monday, May 30, 2005

Simplificando... o no.

La última vez que ultimé detalles en cuanto a decisiones, delimite los espacios que repercutirían en las formas de obtener beneficios ilimitados de mi misma. Entonces la explicación sería seria y sencilla: todo es como es, nada más ni nada menos. No tiene sentido simplificar las cosas simples, pues lo son. Digamos por lo pronto que simplificaremos las cosas difíciles. Tomar al toro (aclaremos que no hablo de Toro: nótese la carencia de mayúscula en la primera) por las astas y asumir las conclusiones obtenidas que repercuten en la simple idea de complicar las cosas. No compliquemos. Es lo que es, que no es nada. Puede ser lo que puede ser, es decir, existe la posibilidad de que pueda ser, qué? Quién sabe! Sólo existe esa posibilidad. Para lo cual, será lo que será y lo que no será no lo será. Ergo – y ya simplificado – cuando simplifico, dessimplifico (es posible y hasta probable que haya inventado la palabra, pero se ajusta a su significado) y esto no es simple, pero tampoco complicado.

He dicho.



Monday, May 23, 2005

En silencio

Entre y te vi sentado ahi, como quien no quiere la cosa, mirando al infinito, articulando palabras inaudibles para mi, a personas invisibles para mis ojos. Tenias esa mirada que no veia en tus ojos hacía tiempo. Mucho tiempo. Vestías una sonrisa enriquecida, no en dinero: la misma que habia visto cuando sali de tu casa esa tarde. Te sonreí y me acerqué a besar tu mejilla aparentando un reencuentro efímero, como si hubiese pasado semanas sin verte. Como si mirarte no tuviese motivos, silencie mi voz para sonreirte en silencio.



Friday, May 20, 2005

Let there be light

La semana de la creación, había estado caminando distraído. Contemplando la línea eterna que recién había sido dibujada y mirando su propio reflejo en las nuevas aguas que completaban el inmenso globo. Recorría ensimismado la oscuridad abrasadora cuando en un segundo un halo de luz atacó su visión. Intentando acostumbrarse al nuevo brillo del mundo se sentó abarrotado en el suelo. El paisaje inmenso lo deslumbraba y acechaba al mismo tiempo. Se animó a atravesar la montaña a sus pies para encontrarse con lo que aún no había visto. Otra como él, reconocía el terreno hedonístico en el que habían sido introducidos como por arte de magia. Se encontraron e inventaron su propia forma de comunicarse.