The hidden little Lady

Monday, May 30, 2005

Simplificando... o no.

La última vez que ultimé detalles en cuanto a decisiones, delimite los espacios que repercutirían en las formas de obtener beneficios ilimitados de mi misma. Entonces la explicación sería seria y sencilla: todo es como es, nada más ni nada menos. No tiene sentido simplificar las cosas simples, pues lo son. Digamos por lo pronto que simplificaremos las cosas difíciles. Tomar al toro (aclaremos que no hablo de Toro: nótese la carencia de mayúscula en la primera) por las astas y asumir las conclusiones obtenidas que repercuten en la simple idea de complicar las cosas. No compliquemos. Es lo que es, que no es nada. Puede ser lo que puede ser, es decir, existe la posibilidad de que pueda ser, qué? Quién sabe! Sólo existe esa posibilidad. Para lo cual, será lo que será y lo que no será no lo será. Ergo – y ya simplificado – cuando simplifico, dessimplifico (es posible y hasta probable que haya inventado la palabra, pero se ajusta a su significado) y esto no es simple, pero tampoco complicado.

He dicho.