The hidden little Lady

Sunday, January 30, 2005

De histerias y pasiones

Inventan excusas prominentes en desengaños y exigencias de encuentros vacíos de amor. Fusionan sus cuerpos recreando fantasías nunca imaginadas, explorando sus distancias. Atreviéndose a vivir instantes plenos de pasión, se buscan y se encuentran en la inconmensurabilidad de sus personajes llevándose al caos masivo en caso de vislumbrar un resquicio de sentimiento. Se dicen y desdicen para no provocar un reflejo real de un sentir que asumen inexistente. Se llaman, se ven, se besan. Se aman sin amarse. Se entregan en cuerpo y alma al encuentro sudoroso de sus pieles. Se dejan ser y hacer, perderse en lo efímero de la existencia inocua. Se hacen de fuego y de agua, de azúcar y sal, de paz y de guerra, del tiempo y azar.
Es lo mismo que los une lo que los separa: esa pasión descontrolada. Hablarse sin decirse, decirse sin contarse. Se buscan, no se encuentran, se encuentran sin buscarse.
Pues sentirse sin amarse y desearse sin sentirse, no les permite encontrarse. Iteran alternados los deseos, y su propia realización. Descubren sus placeres en bosquejos de irrealidad insuperable, convirtiendo en hechos fácticos, los deseos fantasiosos de lujuria. Mas al final, no queda más que la charla desnuda de una pasión vestida de largo cuando de deseo se trata y de luto cuando habla de amor.



Tuesday, January 25, 2005

La odisea de una lágrima

Bajo un cielo eterno de estrellas inalcanzables, de nubes esponjosas y lunas brillantes, navega entre las olas una lágrima salada. A la deriva, se pierde en el ir y venir del barco olvidadizo y disidente de acreditaciones. Créditos perdidos, en cuyo puerto, por algún u otro desconocido motivo, probablemente nunca ate amarras. Se deshace en la bruma y se esconde en el mar, dejando la sal impregnada en la espuma de la orilla. La lágrima conciente, busca el calor de un atardecer en la arena, dejarse rodar por el eterno e infinito horizonte mientras el sol busca su escondite hasta el amanecer siguiente. Se acerca a la costa, nadando entre corales bajos y arrecifes, hasta que el viento se cuela casi secándola por completo, cubriendo el agua salada de una soledad desértica y plenamente tranquilizadora. El barco gira su proa apuntando hacia el muelle y encalla en la belleza del amanecer sobre la isla. Baja anclas para no liberarse de la explicita sensación de paz que el paisaje regalaba. La lágrima se termina escondiendo en la comisura de los labios, dejando paso a una sonrisa húmeda y melancólica, paciente y recurrente. Dejándose ser una lágrima de alegría sigular.



Monday, January 24, 2005

Te regalo una sonrisa

Sonrío porque es un regalo. Un regalo para mí y un regalo para vos. Te regalo una sonrisa para que sonrías y con tu risa me hagas sonreír. No es una carcajada, ni una risa voluptuosa que opaca la calma. Sino una simple sonrisa silenciosa, cómplice, atenta a respetar el más primitivo silencio. Preparada para estallar sonoramente si es que las miradas lo requieren. Te sonrío entre miradas ocultas, permitiendo el recelo de una risa demorada. Salvando las sonrisas con tan solo un cruzar de tus ojos y los míos. Te miro y te regalo un sonreír eterno, de claveles y de rosas rojas. Un sonreír pleno de recuerdos y futuros. De presencias y eficiencias. Te entrego la sonrisa mas profunda, que huele a miel y a mar. Que te atrapa en el eterno palpitar del sol cada mañana y se desvela al anochecer cuando la luna cubre la tierra de sus rayos plateados. Que se esconde tras cada estrella titilante en el cielo azul o navega en un río de nubes esponjosas, si las ves. Entonces, te regalo una sonrisa, simple, tierna, para que la uses, como puedas, como sea y cuando sea.


Update: Dedicado a Javi, quien fue clara
inspiracion para este Post. Gracias ;)


Tuesday, January 18, 2005

Entre el cielo y el infierno

Pensaba en eso constantemente, intentando dilucidar en que exacto lugar entre el cielo y el infierno estoy varada. Tratando de comprender porqué no alcanza con el amor, pues debería ser suficiente. Siendo claramente la base de todo, porqué no puede funcionar tan solo con el ingrediente principal. Pero hay tanto más, que ni hace falta dudar. Ya ni se lo que digo, las frases se vuelven incomprensibles. Es también incoherente lo que escribo, aunque intenta reflejar todo lo que siento, se vuelve efímero a cada letra impresa en estas páginas. Y me derrumba no poder con esto, que mi lucha no alcance, que el amor no sea suficiente. Aunque más me destruye no tenerte, carecer del derecho y el placer de besar tus labios. Ni siquiera hablo del orgullo de ser tuya y mucho menos de la dicha de tenerte para mí. Me refiero a amarte y que me ames sin dudarlo, sin temernos y sin pensarlo. Pensarnos, sentirnos, desearnos. Animarnos a intentarlo una vez más. Llegar al final de todo esto, y hacer del final un comienzo. Porque ahí es cuando todo lo demás pierde importancia. Ahí es cuando el extraño espacio en el que me encuentro, entre el cielo y el infierno, se convierte en la tierra. Casualmente el mismo que habitás vos.


Monday, January 10, 2005

Buenos Aires [asustada]

Amo Buenos Aires. Es una ciudad fantástica, hermosa. Las calles llenas de gente que va y que viene, que se encuentra y desencuentra. El viento tiene un aroma especial, algo de libertad mezclado con aventura. El sol ilumina distinto a los otros lugares del mundo que conozco, es como si brillara triangulando las ventanas de los dispares edificios.
Acá tengo todo, mi familia, mis amigos, mis sueños. Mis proyectos a corto y largo plazo. Amores escondidos que esperan ser olvidados, otros que esperan ser recordados.
Así y todo, odio Buenos Aires. Odio no poder salir a la calle sin tener que mirar para todos lados. No poder caminar tranquila las tres cuadras que me separan del subte. Tener miedo de subir a mi auto de día, de sacarlo de noche. De salir de día, de salir de noche.
Entonces quiero irme, lejos, no importa a donde. A otro lugar, donde se pueda caminar por la calle.


Friday, January 07, 2005

El calor me enoja

Se me acaba la paciencia y el calor ataca cada milímetro de mi cuerpecito. Las horas no pasan, ni quiero que pasen: no quiero levantarme de nuevo habiendo transcurrido otra noche sin profundo sueño. La desdicha de la desigualdad climática me enferma el subconsciente. La inequidad estúpida en el límite de lo intrínseco del seno hogareño corrompe toda ingenuidad de amor fraternal posible. Destellos de cordura se pierden en el vacío de la histeria colectiva del mundo animado. Hablamos de egoísmo, no de luchas de intereses. Hablamos de poder, pero no en el seno gubernamental. Aunque igualmente, qué representación más fiel del gobierno - en magnitud reducida - que una familia tipo del siglo XX/XXI.
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!! y aunque grite no soluciono nada. Ni el calor extremo que me hace sentir derretirme, ni el enojo.

Nota de la Autora: se que este post no tiene sentido, pero tengo mucho calor y mucho enojo. Se que hay cosas mas importantes en el mundo y todo eso. Pero no quiero tener más calor. Solo eso.


Wednesday, January 05, 2005

Esta mañana

Si el tiempo fuera tiempo y nada mas que tiempo, salir no hubiese sido tan difícil. Levantarme de tu cama hoy e irme sin saber cuando regresar fue como una cuchilla en las vísceras. Pues volver a dormirme escuchando tu respiración revocó todo resquicio de dudas. Cuando cada beso se transforma en una situación en si misma, la mezcla de patrañas que la cabeza genera es completamente opacada por la certeza de una corazonada impulsiva. Entonces acostarme en tu lecho no significa nada literalmente, sino simplemente un rejunte de miedos concurrentes que acechan hasta al más valiente de los hombres.
La historia ya no tiene prólogos ni preludios, se vuelve efímera, una suma de caracteres escritos en las páginas en blanco. No hay autor que reproduzca exactamente a los personajes como son y como sienten, ni siquiera yo misma.
Me desperté y volví a verte profundamente inmerso en tus sueños. Divagué quizás, sobre lo que entretenía tu inconsciente, y sin llegar a ninguna conclusión, me senté en la cama. No pude mas que sentarme por varios minutos a observarte dormir, angelicalmente, como si las verdades del mundo no te afectaran por algunos minutos.
Mas el tiempo no es solo tiempo y tuve que partir. Besé suavemente tu frente y – porqué no confesar – también tus labios. Tomé mis cosas, un vaso de jugo y abrí la puerta. Volviendo sobre mis pasos agarré un papel de tu escritorio y busqué en mi cartera una birome. No escribí nada. Quería dejarte un “Te Amo” o tan solo un “Te quiero”. Quizás solo un “Llamame”. No me animé supongo, a creer que no confundía las cosas.