The hidden little Lady

Tuesday, January 25, 2005

La odisea de una lágrima

Bajo un cielo eterno de estrellas inalcanzables, de nubes esponjosas y lunas brillantes, navega entre las olas una lágrima salada. A la deriva, se pierde en el ir y venir del barco olvidadizo y disidente de acreditaciones. Créditos perdidos, en cuyo puerto, por algún u otro desconocido motivo, probablemente nunca ate amarras. Se deshace en la bruma y se esconde en el mar, dejando la sal impregnada en la espuma de la orilla. La lágrima conciente, busca el calor de un atardecer en la arena, dejarse rodar por el eterno e infinito horizonte mientras el sol busca su escondite hasta el amanecer siguiente. Se acerca a la costa, nadando entre corales bajos y arrecifes, hasta que el viento se cuela casi secándola por completo, cubriendo el agua salada de una soledad desértica y plenamente tranquilizadora. El barco gira su proa apuntando hacia el muelle y encalla en la belleza del amanecer sobre la isla. Baja anclas para no liberarse de la explicita sensación de paz que el paisaje regalaba. La lágrima se termina escondiendo en la comisura de los labios, dejando paso a una sonrisa húmeda y melancólica, paciente y recurrente. Dejándose ser una lágrima de alegría sigular.