The hidden little Lady

Saturday, December 10, 2005

Untitled 1

Solo te miré acercarte entre la gente, sorteando el tumulto de caras desconocidas que acaloraban el paisaje obscuro de esa noche de verano. Simplemente me miraste con deseo y con gracia, con la profundidad neutra de tus ojos marrones. Sin quererlo y como nunca antes, caí rendida a tus pies. Tal vez por la imposibilidad posible de la aventura, la adrenalina crónica de concretar un encuentro o la sensualidad de tus manos cuando apenas rozaron mi cintura. Seguro tuvo que ver un poco de mi estupidez asincrónica y tus palabras en mi oído, aunque sin duda alguna le doy crédito a tus ojos encontrando los míos, de forma tan astuta y descuidada a la vez, que me conquistaron para siempre.