The hidden little Lady

Tuesday, October 11, 2005

Mutabilidad

Cuando dejó de luchar, todo se sintió más liviano. Incluso exhalar ese último aliento le quitó peso a su cuerpo. Fue entonces cuando comprendió que debía dejarlo ir por completo, con ese beso pesado de memorias tibias, que le dio la oportuna posibilidad de absorber el intenso humo en que se habían convertido, para finalmente desistir de la suavidad ingenua de sus manos acariciándola o la comodidad constante y confiada del misterioso tiempo vivido. Inhaló su propia desestabilización y frente a eso decidió migrar su discurso a la primera persona del singular mientras se adormecía en sus brazos al ritmo de la música que los identificaba, para, finalmente, caer rendida a su propia desesperación de saberse ausente de un amor que una vez le llevó el alma y hoy nutría su recuerdo infantil de una historia dulcemente áspera al presente.