The hidden little Lady

Friday, September 02, 2005

Jaque

Sostenía firme el boleto en una mano, intentando comprender al destino. Se aflojaba la corbata sintiendo al mismo pase cortarle la respiración. Casi jugando un partido de ajedrez, planeaba su estrategia. Quizás para asumir su partida como un hecho y decidir si se iba de, o corría hacia. Si abordar el tren que lo llevaría lejos podría salvarlo de si mismo o entregarse a una dama bien ubicada que pueda cantar ‘jaque mate’. Se paró frente al vagón que indicaba su ticket y comenzó a buscar en él, alguna fórmula mágica para hacer de la defensa un ataque y de la huida un hecho simple. Se acercó a los escalones y puso un pié en el transporte que se lo iba a llevar.
Pero no subió. Escapó a su destino corrupto por las letras de su testamento. Se arrepintió junto al andén por nada fundamental. Tal vez por el ataque feroz de un pánico escénico, que fuera de escena lo hizo desistir de su escape inminente.
Como causa de su consecuencia, se le escabulló a la muerte pasando bajo su nariz y caminó tranquilo, jugando a la rayuela con las baldosas de la estación.