...Se hace camino al andar
(Si recien llegaste: Caminante no hay camino...)
Como si alguien lo corriera, camina hacia el sol, dejando un rastro plateado tras de si, cubriendo el asfalto de luz e impaciencia. Acaricia el camino con su alegre andar y regala seguridad a cada paso. Disfruta de la brisa calida del verano, mientras se mueve sin rumbo por la inmensa ciudad, haciendo implícitos acuerdos de regreso, con cada baldosa que pisa. Con la frente en alto, limpia el aire que respira y descascara todo dejo de incertidumbre en su camino, cruzando miradas, entregando reverencias. Frente a la encrucijada de cada esquina, acierta dirección sin dudar un instante, con paso firme y estrecho. Aumentando y disminuyendo la velocidad intermitentemente, provoca sensación en las féminas que lo ven pasar y se hipnotizan con el brillo de sus ojos. Indescifrable, se esconde tras la extraña duda de sus labios que no llegan a sonreír.
Gira su ser para ver pasar a la bella morena y se pierde en el ir y venir de sus perfectas caderas, regalándole una mueca dudosa que intenta ser sonrisa mientras ella alude a la mirada y gira para verlo pasar. La reconoce, la escucha, la lee, aunque ella se cuide de ser vista. Él solo pone atención.
Como si alguien lo corriera, camina hacia el sol, dejando un rastro plateado tras de si, cubriendo el asfalto de luz e impaciencia. Acaricia el camino con su alegre andar y regala seguridad a cada paso. Disfruta de la brisa calida del verano, mientras se mueve sin rumbo por la inmensa ciudad, haciendo implícitos acuerdos de regreso, con cada baldosa que pisa. Con la frente en alto, limpia el aire que respira y descascara todo dejo de incertidumbre en su camino, cruzando miradas, entregando reverencias. Frente a la encrucijada de cada esquina, acierta dirección sin dudar un instante, con paso firme y estrecho. Aumentando y disminuyendo la velocidad intermitentemente, provoca sensación en las féminas que lo ven pasar y se hipnotizan con el brillo de sus ojos. Indescifrable, se esconde tras la extraña duda de sus labios que no llegan a sonreír.
Gira su ser para ver pasar a la bella morena y se pierde en el ir y venir de sus perfectas caderas, regalándole una mueca dudosa que intenta ser sonrisa mientras ella alude a la mirada y gira para verlo pasar. La reconoce, la escucha, la lee, aunque ella se cuide de ser vista. Él solo pone atención.
"Me gusta verlos pintarse de sol y grana,
volar bajo el cielo azul,
temblar súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.
Caminante son tus huellas el camino y nada más;
caminante, no hay camino se hace camino al andar." J.M. Serrat