The hidden little Lady

Tuesday, March 08, 2005

Crónica de una vuelta a casa

Taconeo de ritmo perfecto sobre las simétricas baldosas que se extendían a lo largo de veredas de intachable historia y curtida personalidad. Avanzando lentamente hacia la avenida a incambiable velocidad, adentrada en mi misma, recorriendo laberintos de imágenes recolectadas a través del tiempo y concentrada en la eficiencia del humo el cigarro que fumaba, suscribí mi mente al cálculo inmediato de números inexistentes. Jugaba a seguir mi propia línea de pensamientos, de asociación libre, sin perderme en la melodía inexplicable de los motores que aceleraban a mi izquierda y me dejaba llevar por su inigualable armonía motriz. Perdida en el retumbar de mis pasos, intentando escuchar palabras incoherentes de personas desconocidas, que hablaban sin decir o decían sin hablar, desistí en el intento de comprender lo oído. Probé formaciones neuronales de dudosa reputación a medida que avanzaba en dirección a la nada y con motivos nulos. Mi cuerpo se resistía al aire de la mañana que golpeaba suavemente mi rostro. Cerrando los ojos pude recrear el sonido de su voz. Sonreí volviendo a sentir su pasión en mi piel. Observaba mi reflejo en las vidrieras curiosamente ordenadas una tras otra a lo largo de mi camino y olvidé lo que pensaba. Reflexionando sobre algún tema de vana importancia dejé volar mi imaginación y me llené de paz. Crucé la avenida, paré un taxi y seguí.