The hidden little Lady

Friday, March 25, 2005

De las cosas que son y no son

Hay cosas que no son decibles, pero se dicen como se puede, cuando se puede y cuando salen. Por eso son “no decibles” y no son “indecibles”. Las indecibles son otra categoría. Son las que aunque se encuentre el momento, el lugar y hasta la forma, se esconden en el fondo de un cajón y no salen igual. Hay palabras que se lloran y palabras que se ríen. Y así, muchas clasificaciones inclasificables, pero la idea no es clasificar las cosas decibles ni las palabras. La idea no es clasificar. Por lo menos no la mía. Clasificar sería definir y hoy las cosas y las palabras son sentimientos. No me gusta clasificar sentimientos porque clasificar me significa controlar y hay cosas que no se controlan. O si, pero no quiero controlar. No hoy.
Hoy quiero entender a los nudos contagiosos. Esos que se anudan en la garganta y no quieren dejarse desatar. Quiero sincerarme completamente. Tengo uno. Uno grande, si. Las lagrimillas que atolondradas humedecen mis ojos, no ayudan tampoco. No se si ayudar es la palabra. No importa tampoco.
También quiero entender el ser. O el no ser. Quiero hablar de las miles de explicaciones necesariamente innecesarias que quiero dar del porque del formato de este texto. Intentar transmitir alguna explicación racional y entendible de lo que quiero cambiar, de las cosas de sentir y de las cosas de pensar. De la Joha que fui y de la Joha que soy, también de la Joha que nunca voy a ser. Como si con decir todo eso dijera algo. Pero en verdad no digo nada. Digo lo que digo y lo que puedo, que al final es lo que digo. Que las cosas tendrían que ser distintas pero iguales. Y no distintas de ahora para ser como antes, sino distintas. De antes de ahora y de siempre. Pero no otras cosas. Las mismas. Es complicado. Yo no lo entiendo.