Haciendo ECO del SR. Toro, en su Carta al Pasado:
Regrésenme las primaveras que perdí. Los setiembres olvidados entre flores y veintiunos lluviosos, que alguna vez pude disfrutar. Esos que quedaron escondidos entre encuentros y desencuentros amorosos, mateadas con amigas y encierros extraños. Quiero mis Octubres. Los que comienzan a denotar el calor del verano que se acerca. Que amenazan con alguna fría oleada de viento rezagado que trae un invierno que aun no quiere dejar Buenos Aires. Traigan de vuelta los Noviembres, cargados de agobiantes exámenes secundarios y poco importantes, a la espera de un eterno calor veraniego. Y aunque sea un Diciembre. De esos en los que llamaba a mi amor para decirle que lo amaba y que no aguantaba mas de un día sin él. Esperando como loca que llegara el día en que podría viajar a verlo. Quiero de vuelta algún Enero, en los que se apareció el primero, solo para besar mis labios y desatar pasiones. O alguno de esos viajes familiares de la eternidad e inocencia de la niñez. Daría todo por un Febrero. Y más por un Marzo. Regresar a clases y esperar con locura el fin de semana. Retornar a los Abriles, que invitaban al otoño de las mil maravillas, en los que recorría las calles teñidas de cobre, por el deshacerse natural de los árboles. Los Mayos de recibir visitas extranjeras, que volaban en sus vacaciones, para adelantar las mías. Los Junios, cargados de expectativas por el intenso receso escolar de los Julios que llegaban arrastrando el frío invierno a la ciudad porteña. Hasta quiero los Agostos de intensas heladas, en los que crezco cada año un año y siempre tanto repudié.
Lo quiero todo de vuelta, aunque sea un rato. Solo para recordarles que en el 2004 no van a estar. Que todo va a ser intensamente distinto. Que mi Angel, ya no va a estar para cocinarme, mimarme, charlarme, cantarme y sobre todo, muy sobre todo, para clavar sus ojos en los míos y decirme “Johannita, mi querida, yo quiero verte feliz, nada mas...”...